viernes, 21 de febrero de 2014

Sin chistar

Soy Don Segundo Entrando, camino de la mano de mi madre pero solo se me permite porque soy un chiquillo.
Cuando crezca debo ser como mi abuelo y como mi padre, dos hombres fuertes y corpulentos, exitosos en los negocios y siempre cumplen lo que dicen.
Tendré dos mujeres, una será mi esposa y otra, será la de los fines de semana o cuando me sienta aburrido.
No se me tiene permitido llorar, ni siquiera es una opción.
Podré correr sin camisa, debo poder beber bien, tragos fuertes, de hombre. Me rascaré la entrepierna en señal de mis dominios y a las mujeres podré verlas con desgano si es que se me place.
Antes de que se atrevan a decirme algo yo primero gritaré. Tengo siempre la razón y aún si mis palabras no están de acuerdo  a  mis acciones, no debo admitir mis errores porque un hombre de verdd, uno que se respeta, no se equivoca.
Si quisiera expresar mis sentimientos solo puedo expresar los de ira, los de enojo y los de extrema alegría. No se me permite ser sensible y debo moler a golpes a los demás para que vean quien manda.
Si permito que una mujer me levante la voz, pierdo mi hombría.

Éstas y más ironías se las encuentra en la vuelta de la esquina, en el asiento de al lado, en la tribuna y en las plazas, en lso templos y en las escuelas.

viernes, 14 de febrero de 2014

Sin nombre y sin fecha.

Siento en mi interior ese tic tac que detonará pronto, siendo el combustible la intempestuosa moralidad que dicen tenemos, inherente, aprisionada, obsoleta.

Caducamos en las calles y aún respirando, no vivimos, no estamos.

Creíamos que podíamos bailar bajo la lluvia frente al palacio, con balas acompañaron nuestra canción.
Corrimos y como viejos árboles, morimos de pie, con orgullo y con gritos ahogados en las gargantas perforadas por sus fusiles, metálicos garrotes.
Intenté tomarte de la mano, un zancudo con pólvora atravesó mis dedos pero yo sentía que bailaba aunque mis pies mantenían el ritmo de la canción que esa mañana escribimos.

De a poco, sentí que era más liviana pero continuábamos corriendo; la lluvia se hizo más fuerte, al igual que nuestros gritos pero sus botas nos alcanzaron.
Mis cabellos quedaron en las manos de algunos color chiltepe, mis ropas fueron desgarradas y mis ojos seguían viendo las espaldas de los que llegamos esa noche.
Como cuenta gotas me fuí desintegrando, veía muchos rostros rojos, mojados, iracundos. Sus palabras no entraban en mi sistema pero me gritaban; sus puños querían que sus voces trangredieran mis poros, no pudieron.

Me sentí cada vez más fuerte y me perdí en el sueño por el que venimos, ese sueño de ser libres y bailar cuando nuestro espíritu lo sintiera, y así fué, volé, junto con otros que como yo, ya no sufrimos y vimos las montañas desde arriba, desde las nubes.

.......SOMOS......



SOMOS ESO QUE CALLAMOS
SOMOS ESO QUE CRITICAMOS
SOMOS LO QUE SEÑALAMOS
SOMOS LO QUE OCULTAMOS, Y CREEMOS SER LO QUE DECIMOS
SOMOS LOS DESAPARECIDOS, SOMOS LA CULTURA DE LA CULPA
SOMOS INOCENTES DE NUESTRA PROPIA ARROGANCIA PERO,
PERO, SOMOS CULPABLES DE LA AVARICIA DE SOLEDAD,
DE SER ETERNOS EN EL SEGUNDO DE LA NOCHE
DE SER INMORTALES EN LA MORIBUNDA SANIDAD MENTAL

SOMOS POCOS DE LOS MUCHOS QUE CREÍMOS VENIR
SOMOS LAS MANOS DE LA JUSTICIA, SOMOS LOS DE SANGRE EN 
LAS MANOS MÁS QUE EN NUETRAS ARTERIAS.
SOMOS ALTOS, BAJOS, MUERTOS, LEGADOS TARDÍOS

SOMOS HEREDEROS DE LA PARASITARIA IRONÍA ESPERANZA.